jueves, 8 de septiembre de 2011

Gitana

El otro día estaba viendo la tele y salió un programa en el que hablaban de las grandes voces de Lationamérica. En ese programa aparecieron Mercedes Sosa, Tania Libertad, Guadalupe Pineda y Eugenia Leon entre otras. Claramente esas cantantes no son para nada de mis épocas, pero las conozco porque mis papás las escuchaban mucho. Viendo ese programa me dí cuenta que esas canciones forman parte del soundtrack de mi vida y me remiten a otra época completamente diferente en la que mi familia, mi casa, mis papás, mi país y yo éramos muy distintos.  

Me remití a una etapa de mi vida en la que mis papás eran medio bohemios y ponían discos "de sus épocas" de trova, música sudamericana (en México se escuchó mucho esa música por la influencia de los chilenos y argentinos que llegaron exiliados por las dictaduras militares) y guitarra española. Mi casa estaba decorada con muebles rústicos, adornos de barro y tapetes artesanales. También recordé a mi tía Caro. 

Toda mi vida me han dicho que soy igualita a ella y de chica, me gustaba mucho que me lo dijeran porque yo la veía muy bonita y alegre. Ella se sentía gitana: se vestía con faldas largas coloridas, leía las cartas y creía en el zodiaco y esas cosas. A mí me llamaba la atención ese mundo místico y, en mi adolescencia temprana, me parecía muy divertido leer sobre los signos, la lectura de cartas o café y eso. Me pensaba a mí misma como una gitana vestida de telas de colores con lentejuelas, con la piel muy bronceada viajando por el mundo leyendo las estrellas y bailando flamenco.

También recordé que hacíamos viajes por carretera muy bonitos a todas partes de México. Mi mamá se compró una camioneta en la que íbamos a todas partes. Nos levantábamos como a las cuatro de la mañana para salir a carretera, veíamos el amanecer en el camino y desayunábamos en pueblos como Tequisquiapan, Valle de Bravo o Ixtapan de la Sal. Recorrimos miles de kilómetros acompañados por la música de Serrat,  Oscar Chávez, María Dolores Pradera, Gudalupe Pineda, Tania Libertad y The Beatles (que no tienen mucho que ver con todo lo demás) veíamos paisajes de montañas, mares, bosques y parábamos en los pueblos para comer, callejonear, chacharear y tomar fotos. Así pasé muchos veranos, primaveras e inviernos: conociendo lugares nuevos, al mismo tiempo que en mi cabeza inventaba historias maravillosas de piratas, gitanos, príncipes, magia y aventuras en las que por supuesto YO era la protagonista. No les estoy hablando de un año en particular, les estoy platicando de toda una época de diez, doce o quince años que marcaron mi infancia entera y parte de mi adolescencia. 

Tarde o temprano las personas crecemos y el mundo pierde esa magia que alguna vez tuvo. Ese mundo bohemio-chic-hippie estaba en mi imaginación y después se volvió insostenible. Mi tía Caro se murió en circunstancias que prefiero no discutir. Por la adolescencia y la moda empecé a escuchar cosas como Blink 182, Green Day, después empecé a escuchar The Cure, The Killers y The Strokes, o sea, lo que estaba de moda a principios de los 2000's (hablo de 2003 y 2004 ¿?); mis cuentos gitanos se transformaron en historias épicas medievales influenciadas por El Señor de los Anillos y Harry Potter y me encantaba el mundo dark aunque nunca me atreví a ser gótica. Eso decía algo de mí; estaba desencantada, deprimida y desesperanzada. 

Entré a prepa con mi actitud de "Daria", braquets y como 15 kilos de más. Trataba de vestirme con ropa medio hippie con faldas largas (que se pusieron muy de moda) y lentejuelas, pero por mi sobrepeso terminaba pareciendo una piñata de diciembre. Ya no estaba cómoda con mi cuerpo, no estaba cómoda con mis compañeros (algunos muy borrachos y drogadictos). En esa etapa dejé de ser tan mística (poco a poco la vida te enseña que las cosas son mucho más simples y racionales de lo que se piensa).

Ya en la universidad empecé a odiar la trova porque me parece de pose, ridícula y pasada de moda, en mi formación profesional me percaté de que las ciencias ocultas son charlatanería, el país cambió, las carreteras ya no son seguras y me doy cuenta que por vivir en las fantasías de piratas, gitanos, hadas, princesas y príncipes perdí un tiempo valioso que ya no va a regresar :( Recupero mi cuerpo, pero me doy cuenta de que no quiero ser una gitana errante. En mi casa hay una mezcla entre los adornos de barro, tapetes Persas, cristal de Bohemia, muebles rústicos y muebles modernos de piel, mis papás ya no ponen sus canciones, ya no viajamos y el mundo es menos romántico.

Hoy recuerdo esos años con cariño y nostalgia....mucha nostalgia porque se que ya no pueden volver jamás.    










    

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