Después del concierto, fui a cenar al Merendero la Lupitas en Coyoacán. El lugar está muy bonito y la comida está buenísima, yo cené 2 aguas de jamaica, un atole (que es el mejor del mundo) y TRES empanadas.
Esta es la parte de la confesión, TRES empanadas!!!
Las empanadas estuvieron deliciosas y bien valía la pena romper la dieta por ellas, pero el asunto es que me las comí sin hambre, FAIL!!! Eso fue lo que no debí haber hecho, comer sin hambre, comer por comer, otra vez. Esta es como una llamada de atención para mí, TENGO que tener contacto con mi cuerpo y con mis sensaciones, escucharme antes de comer sin hambre...
Vayan a las Lupitas, pero cuando sí tengan hambre!
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