El domingo corrí la carrera SEFI UNAM. Me preparé para esta carrera con un plan de entrenamiento de 10 semanas un poco demandante; les cuento mejor. Hace como tres meses corrieron al entrenador de mi gimnasio entonces tuve que buscar un nuevo entrenador. Lo encontré y me mandó un plan de entrenamiento con sesiones de intervalos, distancia, natación y bicicleta. Empecé con el entrenamiento muy emocionada, pero poco a poco fui perdiendo la motivación hasta llegar al punto en el que me salté algunas sesiones y empecé a modificar otras, iba a correr con flojera y dejó de ser un gusto para mi.
Esta apatía no era única de mi entrenamiento, estaba desmotivada en muchas otras esferas, no estaba deprimida, sólo apática y creo que eso es mil veces peor que la tristeza; caí en una rutina horrible en la que no hacía nada más que despertar, hacer ejercicio, comer y dormir a medias.
Sin yo hacer nada para cambiar esta situación, las cosas empezaron poco a poco a transformarse. La Carrera SEFI UNAM fue uno de los elementos que me regresaron la motivación. La convocatoria me llamó la atención por muchas cosas, pero sobretodo porque significaba la oportunidad de correr en el campus principal de mi Universidad que ahora amo (cosa que hace dos meses no era capaz de sentir o pensar). Es curioso que esta carrera en mi universidad estuvo llena de lecciones para mí. Fue una carrera MUY difícil, la más difícil que he corrido. El recorrido tiene pocos tramos planos y casi todo son por subidas y bajadas. La parte más pesada es una famosa subida de 1 km 100 m con una pendiente muy empinada.
Es un lugar común, en el que me voy a dar permiso de caer, decir que esa subida fue una metáfora de lo que me ha estado sucediendo en las últimas semanas: un obstáculo en el que se presentan muchas emociones, todas al mismo tiempo: fatiga, desesperanza, miedo, tristeza, hartazgo, enojo, pero a la vez, esa inexplicable voz en la cabeza que te da fuerza y no te deja detenerte. Esa voz que a veces es muy débil, pero que siempre está ahí empujándote hacia adelante: esa voz es la expresión de la confianza y del amor propio que sabe que tarde o temprano los obstáculos se superarán y que tendrás lo que tanto quieres.
Terminé el reto físico más difícil de mi vida enojada y triste por no haber podido bajar mi tiempo gran cosa.; yo esperaba bajarle por lo menos entre 2 y 3 minutos, pero bajé sólo medio minuto después de tantos meses de entrenamiento. Platiqué con mi entrenador y me dijo que ese recorrido es de los más difíciles y que corriendo eso puedo correr cualquier cosa :) me dijo que mi tiempo había sido bueno y que no me preocupara, que seguramente en un recorrido plano iba a poder bajar mucho más.
En la tarde revisé mis resultados y lo cierto es que me fue muy bien: quedé 6ta en mi categoría (6 de 49) y quedé por debajo de la hora lo que significa que reduje mi tiempo 8 minutos desde el año pasado que corrí por primera vez.
Mis tiempos
Tiempo oficial: 1 hr 00 min 41 seg
Tiempo Chip: 58 min 02 seg
Tiempo 5 km: 27 min 59 seg
Tiempo 5 km - 10 km: 30 min 03 seg
Lugar general: 568 de 1558
Lugar rama: 82 de 458
Lugar categoría: 6 de 49
Después de esta carrera me quedan muchas lecciones entre ellas se encuentran el no ser tan soberbia y el darme cuenta que aún me queda mucho por entrenar y que para tener mejores resultados tengo que comprometerme más con mi entrenamiento.
Por otro me quedo con una dosis de amor y cariño propio y me demuestro por una vez más que puedo lograr lo que me proponga y que la vida es como esa carrera, llenas de obstáculos que, aunque a veces parecen insuperables, siempre se pueden vencer si es que estamos determinados.
Esa es la magia de las carreras, que te mantienen motivado a seguir adelante....
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